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Más que dinero, recompensas de una buena labor

  • Foto del escritor: Sentidos Económicos
    Sentidos Económicos
  • 10 sept 2020
  • 2 Min. de lectura

Si se piensa en lo primero que viene a la cabeza con la palabra “salario” lo más probable es que la respuesta sea: dinero o pago. Sin embargo, actualmente las nuevas tendencias hablan del salario emocional, un valor agregado que va más allá de lo monetario.

Este beneficio adicional, podría aumentar la motivación y en sincronía del equipo de trabajo con los objetivos de las organizaciones.


1. Oportunidad de crecimiento:

Tener las capacitaciones y oportunidades para que el colaborador pueda aprender en la medida que demuestra sus habilidades y destrezas para así darse a conocer en la organización como un ser relevante en los procesos.


2. Desarrollo Profesional:

Contar con la opción de seguir capacitándose y perfeccionando sus aptitudes en el ámbito académico y laboral, que de una u otro forma favorezca a ambas partes. A la organización, dado que le permite contar con un trabajador más capacitado y especializado; al colaborador, porque le permite seguir obteniendo conocimiento.


3. Desarrollo personal:

No se debe olvidar que los valores corporativos, la cultura o filosofía de la empresa no son aspectos únicamente para contar en el manual organizacional. Estos, se deben llevar y tener en cuenta desde el mismo proceso de selección: contar con un equipo de trabajo que vaya en armonía con lo que es la organización tanto en valores como en sus objetivos, es indispensable.


4. Buen clima laboral:

Se suele decir que todos se encuentran en constante búsqueda de la felicidad y que, según la etapa de vida esta felicidad se ve reflejada en diferentes aspectos. Por lo anterior, más importante que estar feliz, es estar tranquilo.


Una pieza clave, es contar con un ambiente laboral tranquilo, estar motivado día a día por el espacio con el que se cuenta. Los inconvenientes son un aspecto inevitable de las relaciones humanas, pero hay muy pocas cosas que no se pueden solucionar con una buena comunicación.


5. Equilibrio entre la vida personal y profesional:


No se debe olvidar que, por fuera del espacio laboral, nuestro equipo de trabajo tiene una vida personal. Al igual que la nuestra, esta vida se encuentra llena de muchos aspectos: diligencias, dificultades y celebraciones. Algo tan simple como un permiso para asistir a la reunión del colegio de sus hijos, un pequeño detalle o reconocimiento en el día de su cumpleaños, puede hacer una gran diferencia.


6. Ser parte de las decisiones de la empresa:

Poder opinar y dar su punto de vista desde la objetividad, experiencia y formación que se tenga ayuda tanto a la organización por escuchar puntos de vista diferentes, como al colaborador por permitirle analizar aspectos distintos. Esto mejora la confianza y sentido de pertenencia hacia la organización por parte del trabajador.


7. Escucha:

En muchas ocasiones no se sabe que decir ante ciertas circunstancias (laborales o personales), cuando la respuesta muchas veces está en escuchar, permitir que la otra persona encuentre en los compañeros de trabajo o áreas encargadas de apoyo.



Finalmente, es importante aclarar que no existe una ley universal que se deba aplicar al pie de la letra a tu organización, la clave está en buscar ejemplos, analizar y adaptar lo que más le convenga al gremio y a los objetivos de la compañía.


Por: Jhon J. Arteaga Rojas

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